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Historia de Citroën

Citroen

Un poco de Historia de Citroën

Durante la Primera Guerra Mundial André Citroën dirigía una fábrica de obuses. Una vez acabada decide crear su propia marca de automóviles. Corre el año 1919. Viaja a Estados Unidos y estudia la fabricación en cadena de Henry Ford. Copia el sistema y transforma su taller de París donde desarrolla su primer modelo denominado tipo A. Este es el primer coche europeo fabricado en serie.

En 1924 Citroën cuenta con la colaboración de un ingeniero estadounidense, Edward Gowan Budd quien desde 1899 construía vagones de acero para ferrocarriles pero después se dedica a la construcción de carrocerías para coches, principalmente para Dodge. Citroën introduce en Europa la primera carrocería de acero para automóviles. Los competidores que utilizan madera para sus carrocerías pronto copian la idea y además introducen formas más aerodinámicas para sus coches lo que hace que Citroën evolucione la línea de sus coches con el fin de modernizarlos. Citroën utiliza como estrategia de ventas los bajos precios de sus coches pero esto le lleva a tener muchas pérdidas financieras. Al principio de los años 30, antes de rendir cuentas a sus banqueros, André Citroën intenta salvar su negocio lanzando un modelo revolucionario denominado Traction Avant (tracción delantera). Este coche domina a todos sus rivales durante 15 años pero tiene un desarrollo muy costoso. En 1935, Pierre Michelin reemplazó a André Citroën en la dirección de la empresa.

La aventura

Los inicios de la historia de esta marca automovilística están igualmente marcados por las expediciones organizadas por André Citroën a través del desierto del Sahara, de África y de Asia. Estas expediciones dirigidas por Georges-Marie Haardt y Louis Audouin-Dubreuil, utilizaban vehículos Citroën para demostrar la robustez de la marca. En estas expediciones también viajaban científicos y periodistas que grababan películas y realizaban experimentos científicos.

La publicidad

Citroën destacó notoriamente en el plano publicitario llegando hasta vender miniaturas de sus coches a los niños. Pretendía que los niños al comenzar a hablar, dijeran sus primeras palabras: ¡Mamá!, ¡Papá!, ¡Citroën!. Consiguió también que un anuncio luminoso suyo fuera instalado en la torre Eiffel.

La II Guerra Mundial

Durante la II Guerra Mundial los talleres de Citroën tienen muy poco trabajo durante los años 1941 y 1942 deteniendo su producción en 1943 y se dedican a fabricar y suministrar municiones para los aliados. Los prototipos de un pequeño coche revolucionario son destruidos por miedo a que el bando enemigo descubra su tecnología, pero se oculta uno en Auvernia por orden de Michelin. De este coche nacerá en 1948 el 2CV. El coche se fabrica siguiendo unas directrices: que un granjero pueda circular a más de 50 km/h por un camino rural, con un pasajero, un saco de 50 kg y una cesta de huevos que no se rompan y su diseño tenía que ser como un paraguas abierto con cuatro ruedas. Es un coche muy bien aceptado por la clientela debido a su bajo precio, y a que se adapta a las penurias económicas que sufren los franceses como consecuencia de la guerra. Convertido en un coche de culto el 2CV se dejó de fabricar en 1990.

La etapa Michelin

En 1955, Citroën asienta un poco más su dominación tecnológica con la salida al mercado de un nuevo modelo, el DS, también llamado «Sapo» o «Tiburón». Este modelo fue equipado con un sistema de suspensión hidro-neumática, como sus antecesores el C11 y el C15. El DS disponía de dirección asistida, frenos hidráulicos y una caja de cambios semi-automática Citromatic; todo ello movido por una bomba de alta presión instalada en el coche. Esta suspensión, que aportaba un mayor confort a los usuarios, se sigue utilizando durante los siguientes 50 años con otros modelos de la marca (SM, GS, CX, BX, XM, Xantia y C5), y que utilizan otros automóviles de lujo, entre ellos algunos modelos de Rolls-Royce como el Rolls-Royce Silver Shadow. En 1965, Citroën tomó el control de Panhard con la esperanza de utilizar las habilidades de esta marca para los coches de gama media con el fin de cubrir el hueco entre el 2CV y el gran DS/ID.

En 1967, compró Maserati, lo que le permitió desarrollar y presentar en 1970 el SM, un vehículo que fue equipado con un motor V6 originario de la marca italiana. A pesar de que este coche se presentó con innovaciones que lo hacían demasiado avanzado para su tiempo, como el uso de suspensión hidro-neumática, dirección Dirávi, asistencia variable con arreglo a la velocidad, su coste de fabricación fue muy caro significando un fuerte fracaso financiero para Citroën. Los 12.300 vehículos vendidos en cinco años no bastaron para amortizar las deudas generadas y para peor, las ventas fueron agravadas por la crisis del petróleo de 1973. En esa década, Citroën presentó una gama de productos muy desequilibrada, con un tope de gama como el Citroën DS (muy sofisticado y caro), complementado con sus modelos pequeños y competitivos pero no provechosos, como los Citroën 2CV, Ami 6, Ami 8 y Dyane. El 2CV estaba perdiendo en ventas desde el lanzamiento del Renault 4, por lo que para poder venderlo, Citroën tiene que tomar como base un precio tan bajo que deja muy pocos beneficios. Por otro lado, los automóviles de gama media basados en el 2CV (Ami 6, Mehari, Dyane) estaban claramente faltos de potencia y elasticidad, al haber tenido que basarse (por falta de presupuesto para desarrollo) en el motor de 602 centímetros cúbicos y en el chasis del más ligero del 2CV.

Las enormes pérdidas sufridas por Citroën, fueron causadas por fallas de la empresa en el desarrollo de un motor rotatorio y los costos masivos de desarrollo para modelos tanto de Citroën (como el GS, el CX y el SM), como de Maserati (como el Bora, el Merak y elKhamsin). A pesar de ello, cada uno de estos modelos fue una maravilla tecnológica por derecho propio, tal es el caso del SM, hoy considerado una reliquia por parte de coelccionistas.

La situación financiera de Citroën se agravó a partir de 1970, lo que terminó llevando a que la firma sea absorbida por parte de su par compatriota Peugeot, formando a partir del año 1976 la sociedad PSA Peugeot-Citroën. Una de las acciones que Citroën debió cumplir para que pueda establecerse esta fusión, fue el tener que deshacerse de Maserati, lo cual terminaría haciéndolo al trastasar sus activos a un grupo financiero comandado por el por el ex piloto de Fórmula 1 argentino Alejandro de Tomaso.

La etapa Peugeot

Puesto que Citroën tuvo dos nuevos diseños acertados en el mercado en este tiempo (el GS y CX) y Peugeot era típicamente prudente en sus propias finanzas, la empresa de PSA se convirtió en un éxito financiero en el periodo 1975 – 1979. PSA entonces compró los activos de la envejecida Chrysler Europa, conduciendo al consorcio a pérdidas económicas en los años 1980 a 1985.

La cohabitación de las dos marcas es muy difícil durante más de veinte años.

PSA vende Maserati a De Tomaso en 1975, y la firma italiana pudo rápidamente explotar la gran imagen de marca Maserati para vender decenas de millares de unidades de modelos BI-Turbo nuevamente diseñados.

PSA también eliminó la actitud ambiciosa de Citroën por el diseño y la ingeniería en favor del conservadurismo de Peugeot. PSA purgó al personal de diseño y de desarrollo y cambió la imagen con éxito de Citroën como abastecedor del negocio de transporte.

Citroën difícilmente logró defender su identidad, los puristas de la marca le reprocharon una falta de audacia estilística y tecnológica. Para salvar al grupo, a principios de los años 80, Peugeot y Citroën debió compartir muchas piezas para fabricar sus coches; motores, plataformas, carrocerías enteras, etc., como por ejemplo el Citroën LNA y el Peugeot 104. Esto perjudicó la calidad de sus diseños y la identidad de la marca, que se limitó a modificar modelos de Peugeot.

La presidencia de Jacques Calvet fue marcada por la tibieza de los modelos, aunque el XM y el Xantia por su estilo y suspensión fueron característicos de Citroën.

El resurgimiento

Con la llegada a la presidencia del grupo PSA de Jean-Martin Folz, la cohabitación Citroën-Peugeot, parece llegar a establecer un equilibrio. Las dos marcas asumen sus diferencias y cada una sigue su estilo propio. Los Citroën C2, C3 y C4, poseen una fuerte identidad estilística ideada por Jean-Pierre Ploué, director de estilo de Citroën y sucesor de Flaminio Bertoni (diseñador del 2CV y del DS) y también de Robert Opron (SM, GS, CX).

Los antiguos talleres situados a orillas del Sena son convertidos, después de su demolición, en un extenso parque bautizado con el nombre del creador de la marca André Citroën.

Las fábricas históricamente Citroën están situadas en las ciudades francesas de Aulnay-sous-Bois, Rennes y en la española de Vigo. Las nuevas fábricas del grupo PSA, fabrican indiferentemente modelos de las dos marcas.

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